miércoles, 29 de enero de 2025

LOS POEMAS HECHOS CANCIONES

 

Balada de un Día de Julio

https://youtu.be/Qd63Fe_bDws?si=ulZ0hKal_6ZUNauZ

Equilones de plata

Llevan los bueyes.

-¿Dónde vas, niña mía,
De sol y nieve?

-Voy a las margaritas
Del prado verde.

-El prado está muy lejos
Y miedo tiene.

-Al airón y a la sombra
Mi amor no teme.

-Teme al sol, niña mía,
De sol y nieve.

-Se fue de mis cabellos
Ya para siempre.

-Quién eres, blanca niña.
¿De dónde vienes?

-Vengo de los amores
Y de las fuentes.

Esquilones de plata
Llevan los bueyes.

-¿Qué llevas en la boca
Que se te enciende?

-La estrella de mi amante
Que vive y muere.

-¿Qué llevas en el pecho
Tan fino y leve?

-La espada de mi amante
Que vive y muere.

-¿Qué llevas en los ojos,
Negro y solemne?

-Mi pensamiento triste
Que siempre hiere.

-¿Por qué llevas un manto
Negro de muerte?

-¡Ay, yo soy la viudita
Triste y sin bienes!

Del conde del Laurel
De los Laureles.

-¿A quién buscas aquí
Si a nadie quieres?


-Busco el cuerpo del conde
De los Laureles.

-¿Tú buscas el amor,
Viudita aleve?
Tú buscas un amor
Que ojalá encuentres.

-Estrellitas del cielo
Son mis quereres,
¿Dónde hallaré a mi amante
Que vive y muere?

-Está muerto en el agua,
Niña de nieve,
Cubierto de nostalgias
Y de claveles.

-¡Ay! caballero errante
De los cipreses,
Una noche de luna
Mi alma te ofrece.

-Ah Isis soñadora.
Niña sin mieles
La que en bocas de niños
Su cuento vierte.
Mi corazón te ofrezco,
Corazón tenue,
Herido por los ojos
De las mujeres.

-Caballero galante,
Con Dios te quedes.

-Voy a buscar al conde
De los Laureles...

-Adiós mi doncellita,
Rosa durmiente,
Tú vas para el amor
Y yo a la muerte.

Esquilones de plata
Llevan los bueyes.

-Mi corazón desangra
Como una fuente.

PARA LA LIBERTAD

https://youtu.be/qLQmz5x6Kek?si=3jEp9pZTeEupcxqK

Para la libertad sangro, lucho, pervivo.

Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.

Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas,
y entro en los hospitales, y entro en los algodones
como en las azucenas.

Para la libertad me desprendo a balazos
de los que han revolcado su estatua por el lodo.
Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
de mi casa, de todo.

Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.

Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño:
porque aún tengo la vida.

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